Mal SEO y cómo evitarlo
Desde que las personas comenzaron a darse cuenta de los factores que evaluaban los sitios web, empezaron a compartirlos y todo mundo buscaba lograr aparecer en los buscadores. La razón es lógica, las empresas saben que cuando alguien necesita comprar algo o identificar a un potencial proveedor, lo primero que hace es acudir a los buscadores. En la medida que aparecieron empresas que lograban hacer que los sitios aparecieran en las primeras posiciones de los buscadores, se comenzaron a popularizar artículos sobre las “mejores prácticas” o “guías para hacerlo”, pero también aparecieron empresas que no necesariamente usaban las mejores prácticas, sino que buscaban encontrar los huecos en los algoritmos de rankeo de los buscadores como Google y entonces lo aprovechaban para hacer que sus sitios posicionaran bien aunque no tuvieran contenido relevante a la búsqueda, lo que paulatinamente degeneró en mal SEO.
Sin embargo esto no duró mucho, Google y otros buscadores se dieron cuenta y empezaron a mejorar rápidamente sus algoritmos, liberando actualizaciones que evitaban rankear a los sitios que no eran relevantes para la búsqueda, más aún, Google decidió penalizar a los sitios que fundamentaban su optimización en técnicas que más que darle a la persona que busca una buena información, se centraban en hacer mal SEO para tratar de engañar a Google.
¿Cuáles son algunas prácticas de mal SEO?
Al inicio, las personas comenzaron a notar que al poner palabras clave en algunos fragmentos de códigos en sus sitios web llamados “meta tags” se llegaba a tener un impacto positivo en el posicionamiento. Aquellos sitios web que tenían muchas palabras clave se posicionaban bien y también se popularizó poner tantas palabras clave como fueran posibles en estas áreas del sitio. Al poco tiempo esto se empezó a abusar creando algo que se llama “keyword spamming” que no solo empezó a no tener efecto en el posicionamiento sino inclusive a ser penalizado. Un sitio que abusa de los keywords y hace un mal SEO, no solo no rankea, sino que es penalizado y cae a posiciones realmente bajas o inclusive llega a ya no ser rankeado por los buscadores.
Después de que las palabras clave de relleno dejaron de funcionar, los malos optimizadores empezaron a usar las granjas de enlaces que abusaban de generar ligas de entrada a los sitios web, desde otros sitios que nada tenían que ver con el tema y el contenido del sitio de destino. Así nos encontramos – desafortunadamente inclusive hoy – ligas que provienen de un sitio, por ejemplo en Argentina, que tiene mucho tráfico como puede ser un sitio de música de rock o de productos milagro para bajar de peso, apuntando a un sitio que ofrece servicios de consultoría en ISO 9000 o a un sitio de una empresa que hace software. Esas ligas de entrada son un ejemplo de mal SEO, pues solo dañan el posicionamiento del sitio de destino.
Cuando las granjas de ligas dejaron de funcionar, empezaron ahora las granjas de contenido en donde se escribe una nota en un blog de alguien en Europa, que no tiene que ver nada con el sitio de destino y desde la nota, se genera una liga hacia el sitio que se busca posicionar, dañando fuertemente la optimización del sitio de destino… y esto sigue.
Todo lo anterior son técnicas de mal SEO que todavía hoy muchas empresas que hacen mal SEO ponen en práctica dañando, muchas veces irreparablemente, el prestigio de un sitio Web ante los motores de búsqueda. Y luego los empresarios que contratan a estos mercenarios del SEO se preguntan por qué su sitio cayó a lugares de ranking tan bajo.